En un autobús rosa de dos pisos, con música, luces de fiesta y la imagen de la serie televisiva, las chicas recorrieron las principales avenidas de la Ciudad de México, como Avenida de Los Insurgentes y Paseo de la Reforma, para luego realizar flashmobs, sorprendiendo a los transeúntes, conviviendo con ellos y, a la vez, sembrando misterio.
Ataviadas con pelucas rubias, vestidos rosas y lentes de corazón que aludían directamente a la pionera del personal branding, la Ciudad de México fue testigo del poder seductor de este personaje que surgió antes de que existieran influencers como Paris Hilton o Kim Kardashian.
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